Las actividades humanas, desde la obtención de una
materia prima, hasta el desecho de los residuos generados tras la obtención de
un producto tecnológico, pueden tener consecuencias nefastas para la
conservación del medio ambiente. Algunos ejemplos son la desertización (aumento
de la superficie desértica del planeta), la contaminación producida en la
obtención y tratamiento de muchas materias primas o de fuentes de energía y los
residuos generados en muchas actividades industriales.
· La
tecnología al servicio de la naturaleza J
ü La predicción y la extinción de
incendios forestales se lleva a cabo mediante satélites artificiales.
ü El
reciclaje de determinados productos, como el vidrio, el papel, etc., puede
evitar la sobreexplotación de algunas materias primas (madera, etc.).
ü Las fuentes
de energía renovables (como la energía solar y eólica) no se agotan y, en
general, no producen la contaminación que las fuentes no renovables (como el
carbón o el petróleo) producen.
El
crecimiento tecnológico del que somos partícipes debe ir de la mano con el
crecimiento de nuestra conciencia con respecto al daño, quizás irreparable, que
estamos ocasionando al medio ambiente…
Ésta en
nuestras manos el disminuir el gran daño hasta ahora ocasionado por la
contaminación.
¿CÓMO? Pues
con actividades simples que aportan mucho, como es:
-Utilizando
focos ahorradores y apagándolos al salir de la habitación.
-Desconectando
los celulares ni bien cargada la batería.
-Depositando
las pilas y baterías inservibles, en depósitos de reciclaje y NO tirarlas juntos
con los desechos orgánicos, etc.…
No
permitamos que las futuras generaciones, que serán nuestros hijos y nietos,
sufran por nuestra negligencia…
No es la tecnología la que influye
negativamente en el medio ambiente, sino el modo en cómo se emplea.
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